Llega un momento en el que ya tu energía no se recupera después de cada desgaste. Y de repente, por una cosa insignificante, te derrumbas por completo. Se te viene el mundo encima, pues todo lo que te has ido tragando y echando a tus espaldas, creando una fortaleza de cara a la galería, se te atraganta y a penas puedes respirar.
Problemas que distes por zanjados vuelven a tu memoria, situaciones difíciles a las que quitarle importancia para seguir adelante... Te vuelves pequeñita en un mar de inseguridades que no tendrían que estar pero ahí las sientes navegando a la deriva, porque tú misma sabes que eres tan buena actriz que llegaste a creer que eras así de fuerte, pero ahora que todo tu mundo cae sobre ti te das cuenta de que no.
Porque los pequeños granitos de arena, ya formaron una montaña más grande que el Himalaya; callaste aún sabiendo que llevabas razón para no complicar las cosas, ocultaste a todo el mundo que detrás de esa sonrisa se escondían un montón de problemas, si llorabas lo hacías a través de una sonrisa de oreja a oreja... Siempre dando ánimos a los demás, ¿pero a ti quién te anima?
Los 'fuertes' también necesitamos de vez en cuando una palabra de aliento, alguien que nos diga que lo estamos haciendo bien aunque no sea necesario esa aclaración, una mano visible para cuando estemos a punto de caer... Los fuertes tienen más sentimientos que los demás incluso, pues sufren en silencio para no preocupar a los demás y no perturbar la felicidad de éstos. Por eso, si tienes al lado a alguien que a penas está triste y que siempre tiene una sonrisa para apoyar a los demás; el día en el que veas que su sonrisa se empieza a apagar o ya no brilla como debería, pregúntale cómo está y ayúdale, recarga su energía positiva para que pueda seguir iluminando la vida de los demás. SÉ FUERTE
*ACE;)
